martes, 30 de septiembre de 2008

Parque Rivadavia: Un lugar de tranquilidad y besos

Son las 17:30. Los niños juegan mientras sus padres charlan juntos en algún banco cercano. Hay palomas por todas partes. En un rincón, lejos del parque, un grupo de estudiantes filma un video de baile y comedia. El Parque Rivadavia está vivo con actividades después de un día de trabajo. El tiempo de tranquilidad ha llegado. Un espacio verde en una ciudad de negros y grises.

No es Palermo. No es Recoleta. Hay una cierta aspereza urbana en este lugar. Construido en 1928, el Parque Rivadavia, en el barrio de Caballito, ofrece a todo tipo de personas la posibilidad de juntarse con amigos, hacer ejercicios, relajarse o, más tarde por la noche, compartir una hora íntima con la pareja.

El Parque está rodeado casi todo por espacio verde, pero también hay un pequeño lago artificial, un monumento gigante a Simón Bolivar en el centro del parque, que funciona como un patio de juego para los niños, y un anfiteatro intenta personificar la belleza histórica de las otras partes de la ciudad, pero no tiene éxito. El alma de la clase trabajadora vive en este lugar. Si una persona quiere todo organizado y limpio, este Parque no lo ofrece. Es un parque para los ciudadanos de Buenos Aires, no para turistas. Sí, hay mucha basura. Sí, hay algunos robos. También los jóvenes se besan apasionadamente en frente de los niños, pero el Parque Rivadavia es un parque real de la ciudad.


Megan, 26/09/2008

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