sábado, 11 de octubre de 2008

Tigre

Localizada al norte de la ciudad de Buenos Aires y accesible fácilmente por tren, la ciudad del Tigre es un buen lugar para pasar un día soleado. Después de pasar por cuarenta y pico de minutos hacia unos barrios feos, sentada en las semi-sillas del tren, desembarcar en la estación de Tigre es un gran alivio. Pasar por las puertas al aire libre es entrar en otro mundo. Lo más sorprendente al llegar a Tigre es cuan limpias son las calles e comparación con la mayor parte de la ciudad de Buenos Aires. Por lo menos, en las partes turísticas como la estación de tren y el paseo por el río no hay casi ni un graffiti y el césped parece como si lo cortaran cada día. No se necesita mucho tiempo para comprender por qué no hay graffitis en estas áreas; hay un policía de pie cada cien metros y también grupos de policías montados que pasan por las calles frecuentemente. Por eso, a pesar de eso, el paseo es bastante lindo, con vistas del río, muchos bancos para sentarse y flores de glicinas que ahora están empezando a florecer. Por un extremo del paseo queda el Museo Municipal de Bellas Artes que fue construido en 1910 y encargado a la ciudad en 1978. La restauración del edificio comenzó en 1990 y ahora el museo es verdaderamente algo para ver.

Además del paseo, navegaciones turísticas por el río Tigre son una buena manera para relajarse y ver la ciudad. Lo más común es tomar una pequeña lancha de madera, pero también hay yates, kayaks, botes de remo y veleros que atraviesan el río. Aunque el agua está sucia, vale la pena ver las casas y bungalows que bordean las orillas. Todas están en pilotes y están pintadas con colores brillantes y rodeadas de flores tan vívidas como las casas. La mayoría tiene muelles privados donde se puede desembarcar.

Finalmente, para cumplir un viaje a Tigre es necesario visitar el Mercado de Frutos. Por ser un lugar llamado Mercado de frutos me sorprendí al ver cuan pocas frutas había en el mercado famoso del Tigre. Aunque llegué al Tigre con ganas de comer un durazno suculento, que finalmente nunca encontré, no me arrepentí de mi visita porque había bastantes diversiones para poder disfrutar igualmente. Aunque en el pasado el Mercado de Frutos fue conocido por su abundancia de frutas y vegetales exóticos, hoy el mercado tiene más productos artesanales como mates, cueros y joyas, y menos productos agrícolas. El mercado está lleno de gente y vendedores y, por supuesto, algunos perros. En general, el Tigre proporciona un buen descanso de la ciudad con su ambiente relajado y un paisaje divino.
Tessa, 26/09

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